Diseñada para moverse contigo, suavemente y sin esfuerzo.

Cada camisa comienza con un tejido que se siente perfecto.

Cuando empecé a crear estas prendas, pasé horas tocando, desplegando y sosteniendo diferentes tejidos en busca de uno que transmitiera calma sobre la piel. Lo encontré en París, en Nona Source, donde esperan una segunda vida telas rescatadas de diseñadores.

Elegí el popelín de algodón, 100% natural, suave pero con cuerpo, porque he aprendido cuánto influye el tejido en cómo nos sentimos. He tenido camisas en mi armario que eran preciosas pero nunca me resultaron cómodas: demasiado rígidas, demasiado crujientes, demasiado llamativas. Así que ahí se quedaron, intactas.

Cada camisa está confeccionada con tejido rescatado en cantidades limitadas, seleccionado no por la moda, sino por el tacto.

Colores que viven en silencio durante todas las estaciones: rosa suave, blanco puro, azul marino intenso, pensados para integrarse en tu vida, no para competir con ella.

Estas son las camisas que llevo en rotación cada día, a lo largo de los meses y los estados de ánimo. Prendas que no buscan llamar la atención, solo ser llevadas.